Andén

Publicado por Níquel , martes, 27 de julio de 2010 8:56



El tren pasa todas las mañanas a las 5 y media,
con su chucuchucuchá me pone el primer pensamiento del día:
tú.

Los viajeros que vienen a la estación,
tienen la cara triste,
será porque la mujer a la que aman los echa de la ciudad,
o porque no encontraron nada en este desierto.
Muy tristes van.

Casi nunca hablo de ti,
pero hoy me encontré al zapatero de la colonia,
me preguntó si te habían quedado bien las botas
le dije que te habías ido,
y me fui llorando como niña.

Las cucharas están tan quietas sobre la mesa,
el sofá tan en su lugar,
y a ninguna camisa se le ha caído ningún botón.

Pero te he de buscar,
para entregarte el llorido
que tengo escondido en la garganta
que es muy tuyo,
muy de los dos.

En el tren de las 5,
chucuchucuchá.

Tejer

Publicado por Níquel , jueves, 22 de julio de 2010 7:28


Quiero buscar las letras que perdí hace años
y hacerte una bufanda con ellas,
quiero pintar el cielo de rojo
y hacer que tiemblen las flores bajo tus pies.

Quiero secarme a la luz de tus ojos
y caminar por los senderos que marquen tus labios

El hombre que me enseñó a leer

Publicado por Níquel , miércoles, 21 de julio de 2010 13:48


Muchas situaciones muy diversas marcaron mi infancia. Que viene al caso contar un poco cómo fue y en dónde fue: la infancia que recuerdo, la viví en la casa de los abuelos, con doña Catalina y don Salvador; una casa rodeada de árboles: durazneros, manzanos, granadas, chabacanos, aguacates, naranjas, limones. Además de las flores que siempre mantenían la casa muy colorida.

Mi abuela cuidaba con esmero todas sus plantas, su jardín inmenso, de lunes a sábado se levantaba a las 6 de la mañana para traer agua del pozo, que dicho sea de paso, estaba muy lejos, y así poder regar los geranios, las clavellinas, los rosales, las dalias, la madreselva, la bugambilias, los lirios… (…) nunca me aprendí el nombre de todas las flores.

Una casa grandísima, con olor a tierra mojada y a madera, rodeada de árboles de muchos verdes distintos… de lejos solo se alcanzaba a ver una columna de humo que soltaba por las mañana la estufa de leña.

Y mi abuelo, un hombre de muy pocas palabras, muy bueno para contar, pero que nunca aprendió a leer. Mi abuelo siempre tuvo la sed por leer, más allá de ver los dibujos de los libros, quería entender.

Lo recuerdo tan bien, enseñándome a contar, porque siempre he sido muy mala para las cuentas, y el me explicaba con ejemplos claros, como no debía dejar que me hicieran tonta en la tienda… pero él nunca supo leer.

Nunca fue a la escuela. La muerte de su madre lo obligó a trabajar desde muy pequeño, anduvo en aserraderos, en minas, en el campo, hasta se aventuró a ir hasta Santa Rosalía, desde Guaymas en barco… mi abuelo un hombre de tierra y temeroso del mar.

Ahora quiero leer todos los libros del mundo para él.

Aunque desconocía la forma de las palabras escritas, las verbales las conocía todas. Aprendí de él, el amor a su Catita, su mujer de toda la vida, la que le cambió los días de tristeza, por días llenos de sol. Aquella que finalmente logró que construyera una casa y tuvieron hijos, muchos hijos.

Mi abuelo me llevó a la escuela de niña, recogía mi boleta de calificaciones y se entristecía cuando obtenía una mala nota… me decía que era tan triste no aprender a leer y todas esas cosas que enseñan en la escuela, cosas que él tuvo que aprender en los campos de algodón.

Él fue quien me enseñó el nombre y la posición de las estrellas, que jugando póker se puede perder la vida, que los hombres deben ser buenos, así tengan que llorar lágrimas de sangre. Que es más fácil ser un delincuente, que un hombre de bien.

Así fue la historia de cómo don Salvador García Márquez, me enseñó a leer. Es por eso que ahora leo, para contarle las historias a mi abuelo, todo aquello con lo que el soñó y no pudo leer.

tienes toda la razón... te extraño tanto por estos días

Nawala

Publicado por Níquel , martes, 20 de julio de 2010 16:41



De la bruma verde nace tu recuerdo. A las siete de la mañana aun escucho tu voz de agua y tus pasos de tierra están pintados bajo mi almohada.

Mis palabras son figuras de barro que creaste y que cada diciembre alineas en forma de sueños para que tomen vida y nos lleven allá.

De la bruma verde nace tu recuerdo, te presentas hecho todo sonido, todo luz, todo verde, el color con el cual recuerdo a los humanos supremos.

Que la Eternidad ya te haya alcanzado Ochisili. Cuida mi camino y llévame allá para los dos pintar los caminos y las estrellas de verde.

Seremos felices.

Feliz aniversario Ochisili.

Sombrero victoriano

Publicado por Níquel , lunes, 19 de julio de 2010 1:23


Lo sé. Antes de empezar a escribir se en que terminará todo esto, pero aún así quiero hacerlo. He pintado un sombrero victoriano, para no escribirte, pero esto es irremediable, a esta hora de la madrugada ya no pude más. Me rindo.

Te quiero. Irremediablemente te quiero, estúpidamente te quiero, ciegamente te quiero… como dice Toña La Negra, yo no debía de quererte y sin embargo te quiero.

Y de madrugada te quiero más, no es como cuando son las 2 de la tarde y me olvido de ti, si camino un poco, o si bebo medio vaso de agua, o si leo a Sabines. Ahorita te quiero más, ensordecedoramente que no puedo hacer más que amarte, con toda mi alma y con todo mi cuerpo.

Llena de angustia, digo que te quiero más que a mi vida, más que a mis ojos, más que a mis manos y a mis pies… pero no, no es cierto. Todavía quiero más a las nubes, los amaneceres, el vuelo de las mariposas y los árboles. Todavía.

Pero no es nada de tu cuerpo, ni de tus ojos, ni de tu vientre, lo que me hace quererte… te lo juro. Hay un lugar que los dos conocemos y que es nuestra tumba y nuestro amanecer, donde morimos, para reinventarnos con una palabra o con una canción. Es por esa tumba, por esa montaña, por ese cielo… que te quiero.

Puedes empezar a leer esto
y cuando llegues aquí empezar de nuevo.
Cierra estas palabras como un círculo,
como un aro, échalo a rodar, enciéndelo.
Estas cosas giran en torno a mí igual que moscas


Por eso quiero gastar mi noche escribiéndote, mi señor mío. Te voy a querer hasta las 3 de la mañana, y ya son las 2:22.

La metamorfosis de una mariposa

Publicado por Níquel , viernes, 16 de julio de 2010 14:23


I
Eras mi mariposa,
bajo tus pies el reloj
y las bugambilias nuevas.
Aleteabas desde mis labios,
y yo pendía de tus alas infinitas,
en tu vientre situé mi alegría.

II
Explotó el cristal del reloj,
la eternidad cayó sobre mí,
los segundos se arremolinaron
en una tormenta de arena y dolor.
Las bugambilias se fueron,
cerraste tu vientre a mi hijo,
tus alas
ya sin hipo
olvidaron cómo volar.

III
Te disuelves en el tiempo,
como una hoja seca
con la que el viento adorna
su corazón sin eco.
Las hojas secas del otoño
son mariposas muertas.

IV
Este es el cadáver de mi mariposa,
quedará insepulto en la acera,
vacía,
quebradiza,
inmóvil
una hoja seca.

Poesía inútil

Publicado por Níquel , miércoles, 14 de julio de 2010 11:54


Los poemas no salvan a nadie
no alimentan
no calman la sed
no cubren de la lluvia
ni de la nieve
y menos aquí
dónde el sol está más cerca de la tierra
o tal vez es el infierno
que cada vez suelta más diablos.
Es tan inútil escribir poemas,
tanto como esperar que cada tumba tenga una cruz
cada cadáver un nombre
y todo hombre un latido que lo resucite.
La poesía fue creada para hombres distintos
de países más del sur
o del norte
no es para estas tierras.
la poesía es solo tinta que se duele
y muere a manos del viento.

Roles y existencia

Publicado por Níquel , viernes, 9 de julio de 2010 6:34


Odio tu presencia porque lo desborda todo.
Abro la puerta que tú cierras cada mañana,
y al entrar encuentro consonantes y pisadas
ordenadas como partitura de una canción Gardeana.
Eres la silla donde quiero sentarme
y no lo hago
porque tengo un respeto idiota por lo que tocas
y todo tiene tus huellas en mi casa,
por eso me quedo a la mitad de la cama
encogida
rodeada de tu presencia
inmóvil
silenciosa
porque temo ordenar tu olor en pequeños frascos de colores
y a tu voz ponerle cintas y letreros,
al beso que me diste el lunes
y que flota junto a los geranios
le colgaría una tela con letras enciclopedistas
que dijeran claramente
“Este es el beso que Él me dio el lunes”.
Odio tu presencia porque en mi cuerpo
hay más de ti
que de mi misma,
las sillas son del mismo color que tus ojos
y la madera de la puerta huele como tu piel,
si me acuesto en la alfombra
al cabo de minutos
empieza a tomar la forma de tus manos y tus pies,
el sonido sabe a ti y la luz se siente como tu cabello.
Mis objetos todos son de ti
yo misma soy de ti.
Pero toda pertenencia se acaba cuando llegas
porque es cuando existo yo
cuando tomo posesión del aire
y de los colores
del sonido
de ti
y de mi misma.

Definiciones

Publicado por Níquel , sábado, 3 de julio de 2010 12:41

¿Qué es el tiempo?

… lo que existe entre el último beso de la noche y el aleteo que anuncia tu llegada.

… la región comprendida entre tus manos y tus canciones tristes

… la agonía de no verte

… los relojes que se descomponen cuando nos pintamos el alma con miradas piadosas

… el vuelo de las mariposas en mi cocina común, que solo sirve para cocinar.


¿Qué es un poema?

… es la declaración de amor público que te escribo cada día

son las palabras más bonitas en una fiesta de vecindad

… pura falsedad

… un amor enletrado

… mapas mentales

… un platillo de cocina italiana hecho a base de tinta y papel bond


¿Qué es caminar?

los ojos de los sapos que me acompañan a pensarte

el recorrido de mundos distintos cada noche

… el sueño de un paralítico

la mentira de un perezoso

… crecer juntos y hacernos uno solo

reinventarse cada día para una batalla nueva


¿Qué es la tinta?

las manos que tengo para tocarte con mis dedos de letras

… la mancha que tiene mi alma

… tus besos

… letras que no acaban de nacer

… el alma del diablo


¿Qué es un árbol de moras?

… una columna al cielo muy fragante

… el fruto de la felicidad de los hombres

… un albergue de gusanos

… una silla que no sabe que será silla

… el espacio entre la tierra y el cielo