Las canciones de mi vida

Publicado por Níquel , miércoles, 30 de junio de 2010 14:01



Han sido varias veces las que me han preguntado qué tipo de música me gusta y yo creo que por no parecer estúpida, no contesto con un “no sé”. He de empezar diciendo que no me sé la letra de ninguna canción, no sé cuáles son los géneros musicales, y la mayoría de las veces no me sé ni el título, menos quien canta alguna canción.


Soy muy cambiante en cuanto a gustos de música se refiere, a veces me gusta algo, a veces no. Puedo amar una canción un día y al otro no soportarla ni 10 segundos. Pero hay un común denominador en esto: el sonido, la música… no la voz, lo que influye mayormente para que una canción se quede por un buen rato en mi biblioteca musical.


Un buen rato, son cómo tres semanas, luego me cansa; es por eso siempre estoy en busca de algo nuevo para escuchar. Es por esto que no puedo hablar de “tipo” de música que me gusta, puedo escribir sobre las canciones de mi vida.


1. “Rock bottom riser” Bill Callahan


Un día estaba buscando una canción para mi papá y como las tradicionales como la de “Mi Viejo” de Piero, me disgustan enormemente… buscando, encontré esta. Me gusta porque dice cuanto amo a mi padre, lo que significa para mí, lo que él ha hecho por mí, de mí. Mi padre es el hombre que más admiro sobre la faz de la tierra. Es el que me ha visto llorar, reír y callar. Siempre está enseñándome algo. Le fascina comer, come mucho y es muy flaco.


I am a rock bottom riser
and I owe it all to you


2. “You’ve got a friend” Carole King


Las relaciones humanas son muy complicadas, las personas son muy extrañas, reaccionan siempre de manera distinta… pero aún así está canción me recuerda que a pesar de todos los defectos que tengo, quiero ser una buena amiga, a veces me quedo en el intento, a veces lo consigo.


All you have to do is call


3. Pervert pop song Plastilina Mosh


Inmediatamente pienso en tres personas: Alex, Liz y Pony. Esta canción es el himno de nuestras reuniones. Más allá de la letra, está el cariño que les tengo, el no conocerlos y luego descubrir al interior de ellos unos corazones luminosos y grandototes, que son como un trago de agua fría. Esta canción es para ser feliz recordándolos, viviendo con ellos.


Es fácil como decir que yo te gusto, como tú a mí


4. Delicate Demien Rice


Hubo un día en el que me quedé a dormir en la terraza de una casa que no era mía y vi la luna, conté todas las estrellas que pude, esa noche me encontré con la niña que había perdido hace varios años. Aprendí a ser humilde y a amar.


We might make love in some sacred place
the look on your face is delicate


5. You can’t always get what you want Rolling stones


A veces, termino haciendo cosas que no quiero y lo que quiero hacer no lo hago. En ocasiones esto se refiere a sentimientos profundos y hermosos como perdonar a alguien que te ha herido, a ayudar a alguien pero no tienes la posibilidad de hacerlo… a veces son cuestiones más soñadoras como paz en el mundo, que los niños no mueran de hambre, que den clase de arte en las escuelas… otra tantas más son cosas cómo no conseguir una entrevista para el día que lo necesitaba, ser grosera verdaderamente grosera con la gente que me exaspera. Pero no, no siempre se tiene lo que se quiere… a veces se tiene lo que se necesita.


You can't always get what you want
But if you try sometimes you might find
You get what you need


6. I want it all Queen


La desmesura es la más grande característica que tengo… cuando amo a alguien, desmesuradamente lo amo, desmesuradamente me duelen los adiós, desmesuradamente me duelen las derrotas. Pero también desmesuradamente creo, escribo y vivo. Desmesuradamente me enojo, desmesuradamente río, desmesuradamente camino, desmesuradamente digo, desmesuradamente defiendo y acuso. Soy la desmesura andando.


I want it all


I want it all


I want it all


and I want it now



7. Cenizas. Toña la Negra


Cuándo algo ya no tiene razón de ser, pues se termina y ya. Hay gente que decide postergar lo que ya no puede seguir, por temor al fin… yo no. Si algo debe terminar, se convierte en cenizas y punto. No importa cuánto duela y cuanto haga llorar, se termina.

En un cariño muerto, no existe rencor

y son más, pero estas son las canciones de estas semanas. Son las que me gustan ahora… hay otras que me recuerdan cosas bonitas de la vida, como la de El Triste de José José, como la de Déjate caer de los tacubos, o como la vida no vale nada de José Alfredo Jiménez…

Planes para la eternidad

Publicado por Níquel , viernes, 25 de junio de 2010 10:35




Quiero ser luz contigo,


que explote mi corazón en mil partículas


todas de un distinto blanco.


Quiero que leas toda la historia de Egipto conmigo


y que me dejes escribirle un mismo poema a Ramsés y a Elías,


después cocinar para ti y ver el infinito mientras bebemos agua.


Colectar caracoles y rayos de sol,


guardar hormigas en frascos y soltarlas en la cama de un tonto,


sentarnos a reír por lo enredado de las palabras


y las monedas de cambio.


Desentrañar las miradas de un niño triste,


la caricia de un padre amoroso


y el canto de un pájaro imaginario.


Quiero que me llenes de luz cada noche


y cada día que deba vivir.

Mexicanita

Publicado por Níquel , miércoles, 23 de junio de 2010 14:15



Igual que escribió alguna vez Luis Villegas sobre el amor a México, yo quiero escribir sobre lo que significa ser mexicanito, no con razón del bicentenario (diaag), pero si a razón de que por estos días de mundial, dije que no me gusta la selección nacional, si el fútbol, pero no la selección mexicana de futbol. ¿Razones? Los millonarios contratos, para tan pobres resultados y la publicidad estúpida que hay en todos los medios de comunicación hizo que me disgustaran más.


Dicho esto, me preguntaron en tono regañón ¿Qué no eres mexicanita?


Y contesté sí, pero que amo ciertas cosas de México, no todas. Y sí soy mexicanita, ese arraigo lo prueba mi playlist llamado mexicanita, con canciones de Arturo Meza, el Haragán, José Alfredo Jiménez, Rafael Catana y Celso Piña.


Sin embargo no creo que tenga que amar a todo México y que eso incluya a la selección de futbol. Hay muchas personas de México que no amo y que componen mi lista negra (algún día escribiré sobre ellos) y el no amarlas, no me convierte en una traidora a la patria.


Hay lugares de México que no conozco, de los que ni siquiera he oído hablar, ni he leído, ni he soñado, por tanto no amo.


No amo los políticos por ejemplo, porque no les creo, me dan una enfermedad imaginaria que se llama “Falsaria Aguda” y como dice el señor Cruz hay que elegir, yo digo: elijo no elegir.


Es complicado el asunto de decirse mexicanito o no; porque más allá de ser el lugar dónde uno vino a salir del vientre de la madre y entonces le anotan en la acta de nacimiento; el ser, es algo más complejo que eso, implica más, entre una pertenencia, una pasión y una admiración.


Yo pertenezco a esta tierra, pero no a toda; soy de una parte específica llamada La Casa de mi Abuela, a ese lugar pertenezco; es el que me llama y me hace volver cada diciembre sin importar que tan lejos esté.


La pasión, con toda su raíz latina “patior”, la siento por los viajeros, por los pescadores, por los fotógrafos, por las mujeres que tejen en el patio de su casa, por los duraznos, por los libros, por la canela. Todo anterior no necesita ser mexicanito para que lo ame, un durazno de Venezuela, o un libro escrito en Holanda siguen siendo dignos de pasión.


Así, puedo decir sin pena alguna, que soy mexicanita aunque no me guste la selección mexicana, mi playlist lo prueba. ¿Leíste Brontis? ¡mexicanita!

La razón

Publicado por Níquel , martes, 22 de junio de 2010 9:36



Cómo no habría de amarte, amor mío,


si contienes en ti a todo el género humano,


tienes algo de pescador


de poeta


de ángel


de nosequé.

(Te amo, por lo que soy cuándo me miras)

La Lupita

Publicado por Níquel , lunes, 21 de junio de 2010 9:05




La Lupita viene a jugar todas las tardes a mi casa, se sienta con desparpajo en el suelo, siempre con su falda azul, enseñando los calzones, cuando le place se pone a dar vueltas hasta que se emborracha entonces se tiende en el suelo a ver el cielo y si acaso pasa un avión lo saluda hasta que desparece.


La Lupita es muy astuta, finge que se va a caer y le dice a Luis que la sostenga un momento y aprovecha para tocarle los labios, si la Lupita es toda una desvergonzada, un día invitó a Luis a jugar al doctor nada más para aprovecharse y quitarse el vestido.


A la Lupita le gustan los dulces y los helados más que Luis, eso si es seguro, cada vez que pasa la camioneta de los helados sale corriendo y le roba a su abuelo una caguama vacía y la cambia por un cono, el señor ya la conoce y siempre detiene la camioneta frente a su casa, a veces la Lupita no encuentra botellas en su casa así que se para muy derechita y le dice al heladero, - hoy no señor.


A mí me gustan los helados de chocolate.


La Lupita ya es toda una señorita, dice ¡no manches! mientras platica con su prima, le gusta ponerse tacones y pintarse los labios; también le gusta bailar ballet, y bailar los trompos.


Yo no sé bailar trompos.


La Lupita también sabe un chiste de italianos y borrachos, se lo cuenta a Luis todas las tardes, el mismo chiste aunque siempre tiene diferente final, y Luis se ríe, y la Lupita se ríe más fuerte, con gracia, a veces salta y se cuelga del cuello de Luis.


Yo me sé todas las capitales sin equivocarme


Egipto


El Cairo


España Madrid


Nueva Zelanda Wellington


Cuba La Habana Italia Roma


Brasil Brasilia Polonia Varsovia


Líbano Beirut Guatemala Guatemala


Grecia Atenas Trinidad y Tobago Port of Spain


Argentina Buenos Aires Sri Lanka Colombo


Republica Dominicana Santo Domingo Siria Damasco


Rumania Bucarest Holanda Ámsterdam Noruega Oslo


Uruguay Montevideo Sudán Jartum Japón Tokio


Argelia Argel Zimbabwe Harare


Suecia Estocolmo Israel Jerusalén


Francia Paris Irak Bagdad


Venezuela Caracas


Gabón Liberia Gabón


Gabón Namibia


Gabón Chile


Gabón Gabón


Gabón



Ellos

Publicado por Níquel , sábado, 19 de junio de 2010 10:04



Los poetas son todos feos,

usan lentes gigantescos

desproporcionados a su rostro,

sus manos huesudas

parecen grandes arpas

que rasgan la luz.

Los poetas no se bañan,

ni se peinan,

ni huelen bien,

es tan desagradable estar junto a uno,

en las reuniones se apartan

como si no entendieran las palabras comunes.

Fuman y se embriagan haciendo

chistes sobre Borges y Cervantes,

incomprensibles nombres.

Los poetas nunca se callan,

rara vez conversan,

más bien hablan solos,

miran el paisaje como bobos

y se emocionan con un poniente

triste mundo inventado el de ellos.

Los poetas son pobres,

leen poemas absurdos

agitando las manos violentamente

como si les entendiéramos

pero [ellos] son tan estúpidos

que aunque nadie los note

siguen leyendo en las plazas públicas

en los trenes,

en los grandes salones,

en los puertos

son una plaga.

Los poetas tiran bardas,

son neuróticos

fuman marihuana

y mueren solos.

Ajedrez

Publicado por Níquel , viernes, 18 de junio de 2010 10:31



Un día decidí acabar contigo en el ajedrez

así como ellos acabaron conmigo.

Con una magna sonrisa

te dije que el juego era a morir,

o vivías tú

o vivía yo.

Detenidamente acomodé mis piezas

de una en una,

año tras año,

la torre

un caballo

un alfil

la reina

la otra torre.

El tablero era pequeño

y nos cabía en las rodillas,

así que jugamos muy cerca

el uno del otro,

nos mirábamos fijamente las manos.

Él acomodó sus 16 peones,

negros y hermosos,

era mi turno,

y empecé a jugar.

Moví mi primera pieza

y así jugamos durante veinte años

en los días ordinarios

y en los de fiesta

jugamos en los días rojos

en los morados

y en los blancos.

Me ganó un verano

en un día verde

y con su primer peón blanco.

He de decir que Él nunca perdió ninguna pieza


yo las perdí todas.

Estoy hasta la madre

Publicado por Níquel , jueves, 17 de junio de 2010 15:53




… de hacer entrevistas “pedidas”


… de olvidar las cosas en las oficinas, como mi botella de agua


… de ser tan distraída y confundir un Rosario con un Campesina


… de perder todo


… de no ganar nada


… de que la gente que quiero se vaya ( Zuriel desalmada)


… de la casa donde vivo


… de extrañar


… de pensar siempre en ti


… de que la gente se enoje conmigo y no me diga por qué


… de no decir todas las groserías que siento en el estómago


… de que me digan soberbia


… de no tener un rayo y desaparecer el sol (también ELPAC, CANACO, ULSA, DIF)


… de no poder dormir de tanto calor que hace


… de que no haya aire acondicionado en la oficina


… de no tener mi refrigerador para dormir


… de que se vayan a comer sin mí


… de la gente que dice saber con claridad quien soy y que me pasa y que no me dejen decir que se equivocan (tssssssssssssssss)


…de todos los políticos (que tomen toda manifestación del hombre, para mancharlo de colores… llámese arte, educación, fútbol…)


… de no poder ir a tu casa y cantarte I want it all and i wan it now (aunque canto bien feo)


… de los ancianos que creen tener la razón solo porque son ancianos (y porque en sus tiempos todo era mejor)


… de un grillo que no me deja dormir


… de la vida miserable


… de que la gente imbécil crea que no lo es


… de que mis oídos no aguanten nada


… de que Matisyahu sea judío


… de que me ignores


… de los canales de televisión locales


… de los presumidos


… de los ignorantes


…. de lo infra


… de lo supra


… de tu silencio


… de apostar y siempre perder


… de pensar en ti a cada hora y a cada segundo


… de los sicólogos que se sienten los redentores del mundo (no lo son!)


… los taxistas que no saben direcciones (mejor que se empleen de carniceros, o de boleros)


...de las calles prohibidas


…de los padres dolidos


… de quererte (maldito hijo de la tiznada)


...de que toda esto que se llama realidad tenga que soñarse para que pueda existir



Estoy hasta la madre de escribir para sacar las frustraciones, de tener esta inútil maña que no tiene ningún peso ante los tequilas, los golpes, o las mentadas de madre…

1. Zzzzzzzzdttttipb

Publicado por Níquel , miércoles, 16 de junio de 2010 8:39




Ella le pone nombre a los árboles, debe tener un extraño gen, seguramente es de la familia de su madre, todos parecen locos.


Cuando su abuela la trajo en la mañana, la venía arrastrando, además que tiene una mirada perdida, denunciadoramente loca.


Su objeto más preciado es una caja amarilla de plástico, allí guarda insectos, unos vivos y otros traspasados por un alfiler; esa niña cree que los grillos guardan un violinista dentro, las ranas un trompetista y los pájaros una diminuta actriz del teatro Noh.


Nunca le han gustado los muñecos, habla sola.


Ha empezado a envejecer, siente un desprecio por la vida y un cansancio que le impide hablar con otras niñas, le duelen las rodillas y olvida todo, incluso su nombre.


El nombre lo olvida a propósito, nunca le ha gustado, quisiera llamarse con una clase de sonido cambiante, que no pudiera representarse con letras, cuando le dijo a la abuela el deseo de llamarse Zzzzzzzzdttttipb que era lo más cercano a su sonido preferido, la abuela le dijo que era imposible porque nunca lo recordaría, entonces la niña optó por decir: no tengo nombre y no deseo ninguno que quieras pensar para mi.


A la niña le gustan los colores, pero en la esquina de Alda Merini y Av. Independencia, solo está el blanco de las batas y el azul del cielo.

Mis años de soledad

Publicado por Níquel , martes, 15 de junio de 2010 8:48


Me detuve en viernes,

ahora soy parte de los humanos

que envejecen atados a un árbol

bajo la lluvia y el sol.

Quiero que me encadenen

a un árbol de duraznos

y de cara al poniente,

para verle el rostro a Dios cada mañana.

No quiero hablar latín,

porque aún antes de entrar a la eternidad

hablé un lenguaje insondable para el oído humano,

una mezcla de persa, griego, tzotzil y neerlandés.

Yo también fundé Macondo,

nadie me recuerda en el viaje

pero a mi me picó una araña en la ciénega

y me la comí para seguir caminando.

Entré a la eternidad apenas el viernes,

en cuantito la pisé me di cuenta que es un reptil

con cara de mariposa,

un trozo de pan duro y mohoso

que nadie debería de comer.

Pero así son las cosas

los locos no elegimos cuando morir,

ni cuando hablar persa o celta

solo estamos postrados ante la eternidad

viéndole la cara a Dios cada mañana

mientras envejecemos rodeados de manzanas

en el patio de cualquier casa.


Aérea

Publicado por Níquel 6:56





Soy mujer de aire


y no de tierra.


Vuelo siempre,


mis alas son carne y no plumas,


mi corazón es sonido de lluvia,


y mis dedos fuego que consume.


Deja que te envuelva con mis muslos


y te lleve a dónde las nubes


te acarician la espalda.


Vuela con esta mujer aérea,


que sabe a Perú,


a risa y a nieve azul.


A mi lado


nunca dejarás de soñar,


te prometo una eternidad


cada día.


Yo volaré para ti


los días y las madrugadas,


haré una hamaca con las estrellas


y en ella cantaremos


himnos al aire.


Tendremos hijos que vuelen,


que le teman a la tierra,


a quedarse sin alas.


Fundaremos un nuevo género humano


los que sueñan,


los que viven.



Vuela conmigo.

Bonita

Publicado por Níquel , jueves, 10 de junio de 2010 10:28




Cuando soy felíz me pongo bonita, los ojos me resplandecen y parece que soy un poquito más alta. Mi sonrisa es más grande y mis palabras son más hermosas.


Derramé perfume en mi cuello, exactamente dónde siempre me besas, ese perfume de naranja que te hace temblar mientras me abrazas y cierras los ojos, imaginándote que soy un árbol, de los grandes que tienen siempre fruta.


Y me cepillé el cabello y construí nubes con ellos para cuando lo vieras se deshicieran en tus manos, súbditamente igual como nace el amor en los corazones de los hombres. Nubes que te contarán la historia de siempre... cuánto te amo.


Estudié runas, me las dibujé con luz en la espalda para no olvidar y me puse en camino a tu casa. Con un mapa de luz a cuestas, un mapa de tu corazón.


Mientras camino por las sábanas me siento más fragante, más madura, más llena de luz, como una naranja dulce, muy dulce.

Oficio también mío

Publicado por Níquel , miércoles, 9 de junio de 2010 10:47



Hoy construí tu espacio en mi casa, empecé el oficio de pensarte en tiempo y en forma. En una esquina acomodé todos los libros de los que hemos hablado, los acomodé por estricto orden cronológico.


Del primer libro del que hablamos fue ¿Dónde se encuentra la sabiduría? de Harlod Bloom, mientras los dos nos empeñábamos en demostrar la estupidez del otro, una especie de juego cruel para descubrir si somos sabios. Todavía no lo probamos.


Mi libro tiene en la página 97 un marco azul que le dibujé. Es cuando Bloom habla de David un niño sabio y de cuánto lo amaba Yahvé. Yo siempre te digo que me pareces un niño… de personalidad madura y autónoma pero niño al fin y al cabo.


Está luego el poemario de Sabines, los cuáles amo tanto y tu dijiste que lees muy poco, que te gusta más la música.


Mansamente, insoportablemente, me dueles. Porque no podemos tocar los mismos libros, porque no puedo recitarte mis poemas al oído, tan solo te escribo los de Sabines. Amo tus ojos, amo, amo tus ojos.


Sobre la mesita azul, mi lugar de pensarte hay 3 botellas de vino vacías, las cuáles bebí pensando en ti. Y las guardo porque cada una tiene un poema para ti que aún no escribo. Son un pergamino imaginario.


A Volpi me dijiste que lo despreciabas, y en realidad nunca pudimos hablar bien de No será la tierra, siempre estamos en desacuerdo cuando hablamos de rusos y de alemanes. Es inevitable. Esperarlo me proporciona más placer que festejar con otro. Si, te quiero esperar, hasta siempre. Nunca te he dicho que te quiero esperar, ahora te lo digo: te voy a esperar. Y releo como Oksana permanecía arrebatada por un coreano: lo imaginaba encima de ella, solo y triste, mudo, vetado por el placer.


Yo también te imagino en aquel primer día en que no te tengas que ir, que ya no digas nada.


Por sobre todos los libros está un libro rojo: “El oficio de pensarte” de Humberto Payán, quien pensaba en Rebeca por las mañanas, yo pienso en ti en las noches, cuando recuerdo cuántas veces me dijiste que me amas y que yo te respondí que también te amo, mientras conversamos sobre política o economía.


Te pienso de noche, te escribo poemas de noche.


También recuerdo que besas como si mordieras uvas.