Sombrero victoriano
Publicado por Níquel , lunes, 19 de julio de 2010 1:23
Lo sé. Antes de empezar a escribir se en que terminará todo esto, pero aún así quiero hacerlo. He pintado un sombrero victoriano, para no escribirte, pero esto es irremediable, a esta hora de la madrugada ya no pude más. Me rindo.
Te quiero. Irremediablemente te quiero, estúpidamente te quiero, ciegamente te quiero… como dice Toña La Negra, yo no debía de quererte y sin embargo te quiero.
Y de madrugada te quiero más, no es como cuando son las 2 de la tarde y me olvido de ti, si camino un poco, o si bebo medio vaso de agua, o si leo a Sabines. Ahorita te quiero más, ensordecedoramente que no puedo hacer más que amarte, con toda mi alma y con todo mi cuerpo.
Llena de angustia, digo que te quiero más que a mi vida, más que a mis ojos, más que a mis manos y a mis pies… pero no, no es cierto. Todavía quiero más a las nubes, los amaneceres, el vuelo de las mariposas y los árboles. Todavía.
Pero no es nada de tu cuerpo, ni de tus ojos, ni de tu vientre, lo que me hace quererte… te lo juro. Hay un lugar que los dos conocemos y que es nuestra tumba y nuestro amanecer, donde morimos, para reinventarnos con una palabra o con una canción. Es por esa tumba, por esa montaña, por ese cielo… que te quiero.
“Puedes empezar a leer esto
y cuando llegues aquí empezar de nuevo.
Cierra estas palabras como un círculo,
como un aro, échalo a rodar, enciéndelo.
Estas cosas giran en torno a mí igual que moscas”
Por eso quiero gastar mi noche escribiéndote, mi señor mío. Te voy a querer hasta las 3 de la mañana, y ya son las 2:22.
Aw quiero ver ese sombrero *W*
Tan Brisa, tan real, tanto amor, tan tú.